Su pantalla consta de cinco “partes” por llamarlas de alguna manera:
- Sustrato: es la base de vidrio de todo el sistema sensible
- Capa de electrodos: es una capa transparente que se encuentra en el corazón de la pantalla multitáctil. Cuando un objeto elécticamente cargado (como un dedo) se acerca, la carga de este electodo cambia.
- Circuito sensor: interpreta el cambio de carga de los electrodos (puede ocurrir muchas veces al mismo tiempo) y envía la información al procesador, que determina el o los puntos de toque
- Cobertura de protección
- Capa antirreflejos: es la capa externa. Debe ser robusta, ya que recibe los “toques” y está expuesta al polvo y al medioambiente.
Todas esas son las partes de la pantalla del iPhone. Las mismas se encuentran dentro de 1.16 milímetros, el grosor de la pantalla del popular teléfono.
El toque de la complejidad
Con apenas un toque en la pantalla del iPhone, comienza un complejo mecanismo electrónico y matemático para determinar la posición del contacto en la pantalla y la función que debe ponerse en marcha. El proceso comienza con el registro del toque por parte de la pantalla y continúa de la siguiente manera:
Vale la pena aclarar que, en pantallas táctiles por capacitancia, como la del iPhone, los “toques” deben ser realizados por un objeto cargado eléctricamente. Si se detecta un objeto neutro, como podría ser un trozo de plástico, la pantalla no detecta el “toque”.
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